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Bin Laden busca una estrategia de salida de Irak
por Stephen Schwartz http://www.islamicpluralism.org/945/bin-laden-busca-una-estrategia-de-salida-de-irak Traducción del texto original: Bin Laden Looks for an Exit Strategy
Desde el 2001, cada septiembre recordamos. Hoy, pensamos primero en los luchadores de primera línea en Irak, americanos, iraquíes y el resto de los miembros de la Coalición en combate, principalmente contra el terrorismo wahabí de incitación saudí -- mal llamado "insurgencia sunita". Pero ninguno de nosotros olvidamos el terror provocado al mundo entero hace 6 años; la súbita aparición, después de muchos años, de una sensación real de unidad nacional americana, y el compromiso igualmente sorprendente de cambio en las políticas norteamericanas en Oriente Próximo. El Presidente George W. Bush, al prometer promover la democracia en el mundo, abandonaba del golpe la defensa del estancamiento regional que había venido definiendo a su partido y hasta a la herencia de su familia. Pero como informaba el Washington Post el 20 de agosto de 2007, el Presidente Bush informaba al intelectual opositor egipcio Saad Eddin Ibrahim, "No eres el único disidente. Yo también soy disidente en Washington. La burocracia en los Estados Unidos no ayuda al cambio". La intervención en Irak fue una prueba severa de la doctrina de democratización. La solidaridad norteamericana ante el terrorismo se esfumó casi inmediatamente. Democracia se convirtió en el término de mofa entre los neo-aislacionistas y los creyentes del realpolitik que nos condujo al 11 de Septiembre -- expresando un desprecio que pocos americanos del pasado habrían imaginado escuchar siquiera. La guerra de Irak comenzó en el 2003, y a lo largo de los 4 años posteriores los detractores del presidente repiten las mismas acusaciones desinformativas que lanzaban entonces: principalmente, que Saddam Hussein no tenía nada que ver con el 11 de Septiembre. Pero como he señalado antes, la Alemania Nazi no tuvo nada que ver directamente con el ataque contra Estados Unidos en Pearl Harbor por parte de los japoneses en 1941. Aun así, la Alemania Nazi y el imperialismo japonés fueron aliados a la hora de oponerse al Occidente democrático, y lo que apenas habría sido una guerra americana de represalias contra los japoneses en el Pacífico se convirtió rápidamente en una guerra contra el fascismo en dos océanos. La guerra contra el islamofascismo -- un término que en su significado actual se origina entre los musulmanes, y que alude al fascismo que simula tener pretexto religioso, no a toda la religión del Islam como variante del fascismo -- fue similar a la Segunda Guerra Mundial desde el 11 de Septiembre en adelante. Responder a Al Qaeda significaba hacer frente a todos sus aliados, colaboradores y amigos, desde los Talibanes en Afganistán y los radicales en Pakistán hasta el esquizofrénico universo de los grupos fundamentalistas de organización saudí en todas partes en donde viven musulmanes sunitas -- en Occidente, pero sobre todo en Oriente. El escenario central del enemigo siempre fue el mundo árabe, pero operaba y opera dentro de Estados Unidos como en Gran Bretaña, su fortaleza europea, y desde los Balcanes hasta el Asia Central exsoviética, desde Sudán al sureste de Asia. La guerra contra el terror fue siempre una guerra mundial, aunque discutir sobre si es o no una cuarta guerra mundial parece un desperdicio de tiempo. El Irak de Saddam fue un eslabón destacado de la cadena de la tiranía islámica radical que se extiende por todo Oriente Próximo. En una ironía de la historia, Irak fue brevemente controlado en 1941 por un golpe de oficiales Nazis, encabezados por un tal Rashid Alí, mientras Sadam en persona crecía bajo la influencia de los nostálgicos partidarios de Rashid. Aunque Rashid Alí fue derrocado rápidamente, la intervención del 2003 en Irak encabezada por Estados Unidos podría verse como el arreglo con atraso de una cuenta aparcada durante más de 6 décadas. No hubo entonces ninguna ruptura entre la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría, y la Guerra contra el Terror; 70 años del siglo pasado y el comienzo del actual se han visto consumidos por enfrentamientos entre la democracia y las ideologías antidemocráticas. Los futuros historiadores podrían fusionar ambas guerras y los conflictos entre ellas en una única guerra larga, la "guerra global". Los enemigos de la democracia cambian de uniforme o de vocabulario, y modifican sus tácticas, pero no alteran su carácter esencial como gente que odia la libertad y que usurpa el poder sobre los seres humanos. Hitler predicaba la paz mientras cometía actos de guerra; Stalin y sus sucesores soviéticos hacían lo mismo. Ambos dictadores financiaron "movimientos pacifistas" dentro de las democracias. Ambos afirmaban que sus acciones estaban conducidas por la autodefensa frente a la agresión imperialista occidental; los islamistas de hoy emplean la misma fraseología. El fascismo creó fuertes estados nacionales como escudo protector del poder real ostentado por el partido, igual que hizo el comunismo soviético con su imperio multinacional. El propio estado, como institución central moderna, comenzó a desintegrarse en el siglo XX, reemplazado por las estructuras de la ideología. Como se predecía antes incluso de la Segunda Guerra Mundial, las guerras entre estados pasaron a estar obsoletas, reemplazadas por guerras entre fuerzas ideológicas exteriores disfrazadas de guerras civiles dentro de los estados. Los ejércitos oficiales eran confrontados por ejércitos de guerrillas y después por conspiraciones terroristas. El radicalismo entre los musulmanes sunitas, que tiene sus raíces más importantes en el reino de Arabia Saudí, desbordó las fronteras del país y se convirtió en un fenómeno post-nacional. En el sexto aniversario del 11 de Septiembre, la pregunta más acuciante para los americanos es: ¿estamos ganando la guerra en Irak? Yo estoy seguro de que la democracia y el pluralismo tienen ventaja ya sobre las incursiones wahabíes y el aventurismo chiíta en Mesopotamia. Todos hemos visto las noticias: líderes tribales sunitas que apoyaban a "la insurgencia" (un término honorable, y por tanto inapropiado para referirse a bandas de criminales) descubrían, tan pronto como Al-Qaeda se presentó en Irak para "ayudarles", que el régimen impuesto por la organización de corte wahabí-Talibán era mucho peor que la presencia encabezada por Estados Unidos. Y así los iraquíes sunitas ahora se revuelven para apoyar al gobierno elegido democráticamente en Irak, incluso si es en gran medida chiíta y está plagado por el descontento interno. ¿Estamos en América más seguros de lo que estábamos antes del 11 de Septiembre? ¿Quién pensaba que esta pregunta sería respondida inmediatamente? La exigencia de gratificación inmediata en las elecciones personales de los occidentales se ha convertido en la exigencia de gratificación instantánea en asuntos de vida o muerte de la escena internacional. Por supuesto, la guerra de Irak polarizó a los jihadistas en nuestra contra; por supuesto, los planes del enemigo se expandieron en número y alcance geográfico. Después de que Gran Bretaña y Francia declarasen la guerra a Alemania en 1939, los Nazis tuvieron éxito ocupando la mayor parte del continente de Europa; después de Pearl Harbor, los japoneses invadieron y conservaron gran parte del continente asiático. La guerra no es una solución rápida; la política da lugar a soluciones rápidas, y la guerra es el reconocimiento de que la política ha fracasado y de que "otros medios" (en la célebre formulación del estratega militar Clausewitz) son necesarios. Los recursos humanos, financieros y tecnológicos de Al Qaeda se han reducido inmensamente desde el 11 de Septiembre: perdió su base afgana y después se hundió en el baño de sangre iraquí, del cual está saliendo derrotada. En lugar de un segundo Vietnam para Estados Unidos -- por comparar dos guerras que no tienen absolutamente nada en común -- Irak podría ser una vorágine fatal para Al Qaeda. Con la resistencia cada vez mayor de los iraquíes sunitas a apoyar a Al Qaeda, el enemigo pretende exportar la jihad iraquí a la zona más débil del frente occidental: Europa. Pero como era evidente en las sucesivas conspiraciones terroristas londinenses, así como en la más reciente incursión en Alemania, Al Qaeda se ha visto degradada significativamente por todas partes. En lugar de grupos entrenados a precios elevados pilotando aviones contra los edificios más famosos de Occidente, el enemigo tiene que recurrir a fanáticos marginales que utilizan explosivos rudimentarios. Los clichés superficiales acerca del "terror de cosecha propia" entre los musulmanes en Occidente ignoran dos cosas. Primero, una conspiración nunca es "de cosecha propia", léase basada en agravios locales y organizada espontáneamente. Siempre están dirigidas desde el mismo nexo en Pakistán y Arabia Saudí. En segundo lugar, el "movimiento terrorista" entre los musulmanes europeos sigue estando fragmentado y siendo marginal. Sus criminales esfuerzos exigen una captación eficaz, prevención y castigo, pero se basan en células aisladas, no en una red con nutridas filas de voluntarios como las que poseía Al Qaeda en el 2001. Las operaciones de células no pueden reemplazar a los movimientos masivos a la hora de cambiar la historia. No obstante, la contraofensiva de Al Qaeda ha debilitado al Islam en Occidente: ha empeorado mediante la intimidación el conformismo de los sunitas que siguen los dictados radicales de los clérigos saudíes, los radicales paquistaníes, y los partidarios de la Hermandad Musulmana, que juntos controlan el culto sunita en Estados Unidos y Gran Bretaña. El islam americano en particular está espiritual, intelectual y organizativamente estancado de un modo nunca visto antes en una religión con una presencia nueva y creciente en este país. No está dando lugar a líderes nuevos de valor, y nadie está planteando porqué el radicalismo fue promocionado desde las mezquitas americanas durante tanto tiempo; no puede cambiar su idioma excepto para adoptar denuncias ficticias del terrorismo. Los líderes del Islam americano antes del 11 de Septiembre siguen en el cargo, re-etiquetados como "moderados". Por último, en el sexto aniversario del 11 de Septiembre, una opinión acerca del mensaje más reciente de Osama bin Laden en persona es de esperar. Cada experto sobre el Islam, el terrorismo e Irak tendrá algo que decir sobre ello. Si uno va más allá de las diatribas predecibles y superficiales contra la hegemonía americana, el mensaje de Osama parece de pronto defensivo. La grabación difundida a lo largo del último fin de semana se basaba aparentemente en un discurso redactado por Adam Gadahn, o Azzam al-Amriki, el inepto propagandista que Osama y su corte parecen haber adoptado como su profesor mediático, quizá bajo la premisa equivocada de que todos los americanos son diestros manejando los medios. Pero la cinta es un refrito de patinazos históricos, barrocas alegaciones y añadido de nombres para quedar bien, además de analfabeta en repeticiones de mensajes previos. Al leer la transcripción es posible creer que Osama bin Laden se sienta de verdad y lee a Noam Chomsky o que está obsesionado con Richard Perle, o que imagina lo qué significa para él aprobar los panfletos anti-judíos de Michael Scheuer, el "antiguo experto de Al Qaeda para la CIA". (Scheuer no debe estar contento). Estos recortes de la cinta de Osama fueron obviamente cortados y pegados de Internet y reunidos a través de golpes de efecto "inteligentes", como el llamamiento a que los americanos se conviertan al Islam, además de quejas acerca de los impuestos y la ineficacia de los Demócratas. La agresiva y antigua formulación islámica típica de los discursos de bin Laden ahora brilla por su ausencia. También la rabia. El tono es de agotamiento, no de regocijo en la jihad. Como musulmán, estoy seguro, 6 años después del 11 de Septiembre, de que Al Qaeda está perdiendo estrepitosamente en Irak, y que mientras George W. Bush persevere en la promesa que hizo de materializar el compromiso democrático de América, bin Laden busca una estrategia de salida de Irak. Los medios occidentales de referencia lo entienden al revés; nosotros estamos ganando, el enemigo está perdiendo, la guerra era inevitable y fue honrosa. Y los inocentes asesinados el 11 de Septiembre serán redimidos por entero. Categoría del Artículo: Iraq, Terrorism receive the latest by email: subscribe to the free center for islamic pluralism mailing list |
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